Tras mucho insistir y vencer la resistencia de una madre, mi padre accedio a la moto; y si bien no era lo que yo quería exactamente (prevaleció la politica de gasto), en un acto de genrosidad de mi padre, recibi con gran ilusión la Derbi Antorcha 49, una moto muy fiable a la que saque todo el partido que le era posible, recuerdo que mi frustracion era no poder acompañar al "off road" a colegas del cole, que entonces acababan de motorizarse con la reina de la cilindrada "la Puch Minicross" que les permitia el acceso a senderos.
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En cualquier caso la antorcha era una gran moto. Mi versión fue la super 49, pero en este caso aporto tambien una foto de su antecesora, una moto muy vendida en España, en homenaje al fenomenal trabajo del restaurador.
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Tengo que confesar que en mis ansias de buscar lo inalcanzable hicieron de la moto una ruina tecnica. A los seis meses le habia cambiado todo: el faro, el manillar, las manetas, el acelerador, la pintura del deposito, la cilindrada a 65 cm3 y el escape; y el resultado de querer sacar donde no habia fue la muerte subita de la moto gripada y pasada de vueltas.
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